Posiblemente Chaves no
consiguió enseñarles a pescar a sus venezolanos, o no tuvo tiempo de hacerlo.
Posiblemente sus venezolanos antes de aprender a pescar necesitaban comer y
adquirir una mínima dosis de autoestima; me refiero a los que no tenían.
Posiblemente el chavismo que propició Chaves
fue una mala idea o una buena idea con mal resultado.
Pero lo que parece cierto es que, el tal Maduro
no hace justicia ni a su nombre, ni aprendió a pescan, ni come ni deja comer, y
es incapaz de mantener a sus venezolanos con una mínima ilusión de un futuro
bienestar.
Parece ser que este señor, no tiene nada de lo
poco que pudo tener Chaves, y pretende suplir su ineptitud con el atropello.
Ahora resulta que hasta Amnistía
Internacional, que siempre ha tenido que denunciar las tropelías de los barrigas frías de Latinoamérica -aprendices
de fascistas y experimentados matones contra los débiles-, tiene también que
denunciar, por lo mismo, a los
mandatarios de la Venezuela post-chavista. Y así, resultará que entre
todos la mataron y ella sola se murió.
Seguro que hay una parte importante de la
ciudadanía venezolana que defiende fanáticamente las conquistas logradas en la era Chaves;
conquistas que puede que hayan sido más una ilusión que realidad, pero ilusión
al fin; y seguro que hay otra parte importante también, que aprovechando las
torpezas del Maduro, anhela reconquistar los privilegios que otrora disfrutaron
a costilla de la gente que, siendo mucha, ni siquiera contaban como número.
Los líderes de un bando y del otro, si es que
son líderes y no cantamañanas, podrían
plantearse que, igual no es posible volver a atrás, ni para que todos sean
chavistas, ni para que todos sean antichavista, y a lo mejor, cabría la
posibilidad de encajar ideas de los unos en las de los otros. Y de no ser así, cabría preguntase si a fuerza
de medir quien la tiene más larga, ¿no puede todo acabar con muchos capados?
Barcelona
a 21 de Marzo del 2014.- RRCH
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