La nueva forma de diversión que en las
Islas Baleares, especialmente en Ibiza, están adoptado los y las turistas
jóvenes, en algunos casos adolescentes, consistente en que las chicas se ganan
la posibilidad de beber alcohol gratis y sin límite de cantidad, solo
con chupar los penes a los asistentes varones que concurren a tales eventos. La
BBC tiene un programa de esos que hacen espectáculo con la realidad. Espectáculos
con gran audiencia y consecuentemente de máxima rentabilidad económica, que es
lo importante. La flema británica le ha encontrado el rédito a filmar en los
centros de ocio públicos de Baleares cómo sus chicas y chicos se lo pasan en
grande con el dinero de sus progenitores, y desplegando su exquisita formación
cultural succionan los penes de propios
y ajenos, a cambio de emborracharse sin gastarse una libra. Pero no sólo hacen
eso, aunque eso es lo que a más
audiencia satisface, también se tiran de los balcones de las habitaciones de
los hoteles directamente a las piscinas. Algunos paran antes de llegar al agua,
se quedan en el borde o cerca, no sobreviven, pero los demás se divierten de lo
lindo. Algunas asociaciones feministas han protestado contra los dueños de los locales
que promocionan la práctica de la succión carnal, piden que el gobierno lo
prohíba. ¡Y tienen razón! Que chicas y chicos británicos con formación
universitaria orinen las paredes de las habitaciones que ocupan en vacaciones,
destrocen muebles privados y del ornato público, lleguen al coma por ingesta de
alcohol, le succionen los penes al prójimo y se revienten contra el suelo por
errarle a la piscina en acrobacia voladora, es evidente, cualquiera lo ve, que
es culpa del gobierno por no prohibirlo. Estas cuestiones las resolvemos
siempre de la misma manera: la culpa es de los otros, y si resulta que a los
otros los podemos agrupar en el gobierno, mejor que mejor. Dicen algunos grupos
feministas que la práctica de las felaciones en público, al público y con
publicidad televisiva hasta en la BBC, va en contra de la dignidad de la mujer
y es una muestra patente del machismo que nos invade. No se me ocurre una
muestra de machismo tan evidente como el considerar a las chicas que realizan
tales prácticas incapaces de negarse a hacerlas. Lo hacen porque quieren,
nadie les obliga. Y si resulta que el gobierno las tiene que proteger, no se
sabe cómo, será porque necesitan un complemento de capacidad. Recuerdo un
tango, que se titulaba “tomo y obligo”,
que como todos los tangos es muestra de la melancolía rioplatense en que
generalmente el hombre es víctima de la mujer que le dejó, y el pobre bebe para
olvidar obligando a sus amigos a seguirle el trago. El caso de la chicas
británicas es distinto, no es que beban para olvidar con el efecto del alcohol,
no, antes de beber ya lo han olvidado todo. Salen de sus casas habiéndolo
olvidado. Tampoco les importa que sus padres vean los videos en los que ellos, sus
hijas e hijos, hacen tales cosas. Los padres lo comprenden, les da vergüenza
porque los pobres están anticuados, pero se resignan en pro de la comprensión
que esa juventud se merece; de no ser así le estaría limitando la libertad a
sus hijos, o lo que es peor, estarían quebrantando gravemente su intimidad. Los
muchachos publicitan sin tapujos sus intimidades, es cierto, pero como
seguramente serán los futuros líderes políticos, sociales y empresariales,
cuando tengan unos años más y uno o varios títulos universitarios de Cambridge, Oxford o de alguna escuela superior de negocios,
todos de gran prestigio internacional, apelarán al “derecho al olvido”, porque naturalmente tiene total legitimidad y
legitimación para construirse un
nuevo pasado virtuoso y ejemplar para la juventud venidera. La hipocresía brilla tanto por su presencia
que encandila. La culpa es del otro
y el otro no existe.
Barcelona
a 9 de julio 2014. RRCH.
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