No hay mayor negocio que el
nacionalismo. Es más lucrativo que la trata de blancas y que el tráfico de
drogas. Para hacer fortuna con la prostitución se ha de comenzar por convencer
a las mujeres que es una actividad como cualquier otra con la ventaja que se
consiguen pingües beneficios económicos en poco tiempo y con poco esfuerzo. El
tráfico de drogas se apoya en los consumidores, que se inician en el consumo para
evadir preocupaciones y adquirir de forma rápida vigor y placer. Estos dos
negocios a corto y medio plazo genera víctimas que al ser tan visibles la
propia sociedad las acaba marginando y pidiendo que se les repriman; aunque los
grandes beneficiarios amasan sus fortunas impunemente, ocultando que es el
resultado de explotar a las putas y a los toxicómanos, ellos siempre procurar
blanquear los beneficios simulando que se enriquecen en la legalidad, y los
demás siempre mantenemos al esperanza de acabar con ello. Pero el nacionalismo
tiene la virtud de que se queda, porque afecta a una amplia generalidad de
personas que han de seguir defendiéndole, para no tener que marginarse ellos
mismos, y se ha de adaptar la legalidad a sus deseos. La familia Pujol Ferrusola
envueltas en la bandera catalana, hasta ahora, iban eludiendo cualquier
responsabilidad en su enriquecimiento ilícito, arguyendo con gran éxito, que
todo ataque a los Pujoles era un
ataque a Catalunya. Y merced al nacionalismo que ellos mismos propiciaron, un
importante número de catalanes se lo creyó, y cuanto más se atacaba a Pujol,
más se cimentaba el pedestal de su gloria. Estando el Honorable Jordi Pujol por
encima del bien y del mal, no se entiende cómo ahora le surgió la ocurrencia de
“confesar” que tenía unos eurillos fuera de Catalunya y de España para no tener
que pagar impuestos. Nos dice el Honorable que se trataba de una herencia de su
padre de hace más de treinta años, y que no encontró el momento de declararlo,
y que de eso, él es el único responsable. Es que en aquella época, a la que el
Honorable se remite, pocos impuestos se pagaban en España. Ahora bien, es
cierto que habiendo pasado tantos años la infracción está prescrita. Y la pregunta
es ¿por qué ahora lo dice, si está prescrito y han pasados tantas décadas? Si
se hubiera descubierto sin la colaboración
del Honorable, era fácil atajarla diciendo que otra vez España atacaba a
Catalunya tratando de ensuciar a una de las figuras más prominentes y respetada
de la Nación catalana. Era fácil decir que
se trataba de un embuste más para desactivar las ansias de independencia.
Siempre han dicho eso. Catalunya y los
Pujoles conformaban una comunión
indisoluble. La casta pujolista, con el Honorable patriarca a
la cabeza, al parecer se han hecho de oro gracias al nacionalismo que todo lo
lava y todo lo oculta, hace tiempo que está siendo investigado y al parecer Don
Jordi ha tenido que sacrificar la torre para salvar a la reina. Ha tenido que
sacrificarse él, con la esperanza de ser perdonado en atención a los servicios
prestados a la patria catalana, y en atención a su edad; y ello para salvar a
su prole. Con la confesión de una travesura antigua y de persecución imposible
pretende ocultar las ingentes cantidades de dinero que se han llevado estos
últimos años sus hijos y otros allegados mediante la exitosa gestión de la
corrupción. Y puede que tenga razón en su estrategia, y que todo quede en aguas
de borrajas con una regañina de nada. El nacionalismo español de los peperos que antes hacían la vista gorda
cuando necesitaban a Pujol para hacer mayoría, con la cantidad de mierda que
guardan bajo las alfombras de Valencia, Baleares y Madrid; con el tesorero
preso por corrupto alimentado con indemnizaciones diferidas y simuladas y con
mensajitos de ánimos del Presidente para que sea fuerte, tampoco han de tener bastante con
envolverse en la bandera española de la patria grande. Ellos tienen la pasta en
Suiza, al menos el President
Honorable y su prole la tienen en Andorra que hablan catalán; o eso dice él. El PSOE con Felipe y ex ministros socialistas
en consejos de administración de grandes empresas privadas y los ERES de
Andalucía enmarañados en la inmundicia, poca autoridad demuestra. ¡Y las Cajas
de Ahorros!
La crisis económica y moral que vive hoy
España es una bendición del cielo, las castas se están diluyendo, no hay dinero
para tapar tanta boca, ni disimulo para ocultar tanta indignidad. Pero el
nacionalismo seguirá siendo el mejor negocio, es el único que consigue mano de
obra gratis. No olvidemos que en la conquista de América
si bien se consiguió el oro y la plata a cambio de espejitos, también las flechas de
la indiada se llevó muchas vidas; el nacionalismo actual es más económico: con
una banderitas, camisetas, gorras, escarapelas y algún eslogan ingenioso, se
contenta al personal para que los pobre de un lado se entretengas riñendo con
los pobres de enfrente. Distinguiendo se
divide, y de ahí los dividendos.
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