El video
documental que intenta esclarecer los hechos producidos en Barcelona el 4 de
febrero del 2006 y que recientemente fue exhibido en una cadena de televisión
catalana, refleja correctamente los fallos del sistema judicial que más que
probablemente han condenado a personas inocentes en este caso. Fallos que no se
producen por falta de medios ni tampoco de formación, sino sencillamente por un
sentimiento de impunidad personal de los actores, juristas todos ellos, que en demasiadas
ocasiones proceden con soberbia, desconsideración, ineptitud y absoluto
desprecio por la verdad. La falta de medios suele ser una excusa más que una
realidad. Es significativo que los
familiares del policía gravemente lesionado no quisieran intervenir, ni tampoco
los políticos que actuaron en su día. Pero más aún se echa de menos que no
aparezcan los abogados que actuaron en defensa de los inculpados en los
momentos inmediatos a las detenciones. Estos letrados en el instante que
debieron comunicar con los detenidos, sin dudas, debieron observar que habían sido maltratados
o torturados, no solo por lo que sus defendidos pudieron manifestarle sino por
las lesiones que presentaban en sus propias caras. El maltrato policial, si se
produjo y parece que sí, fue posterior a
los hechos que motivaron el arresto de sus clientes; fueron hechos distinto, y
lo suficientemente graves para formular la denuncia con lujo de detalles. En el documental de esto nada
se dice. Si tales denuncias por parte de los abogados se produjeron, debieron
tramitarse en otra causa y en el Juzgado
que en ese momento estuviera de guardia en Incidentes. Si tales denuncias por
parte de sus defensores no se interpusieron, estos abogados también deberían
pechar con su responsabilidad por negligencia. El abogado que aparece en el
video muy probablemente no fue el que intervino en los primeros momentos, ello a
juzgar por la procedencia social de los inculpados y su entorno, que dicen
haber tenido que hacer colectas populares para pagar la defensa. Parecería que
los primeros defensores fueron del Turno de Oficio. El Turno de Oficio del
Colegio de Abogados como variante de la Justicia Gratuita en teoría viene a
suplir las necesidades de defensa de las personas que no tienen medios para
pagarla, pero en la mayoría de los casos –no todos- no va más allá de un
complemento formal carente de la más mínima implicación humana, con la única
finalidad que los procedimientos avancen a su inicio. El inicio de los
procedimientos penales con presos, posiblemente es la fase más importante para
el detenido; lo es por las consecuencias jurídicas futuras que genera en el enjuiciamiento, y lo
es también y fundamentalmente por el estado emocional de aturdimiento en que se
encuentra el justiciable. Especialmente si el preso es inocente su mayor
motivación la constituye el querer salir del calabozo, y para ello puede callar
muchas cosas y decir otras que no necesariamente sean ciertas aunque las estime idónea para que le dejen en
libertad; máxime si lo han torturado. Esa primera entrevista con el abogado
antes de declarar frente al juez, es sustancial, ha de ser a solas, con tiempo
y exhaustiva, y en demasiadas ocasiones no se hacen por desidia del letrado o
sencillamente porque éste considera que por la pinta que tiene su cliente
seguramente es culpable.
Barcelona
a 20 de enero del 2015.-
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