martes, 20 de enero de 2015

“CIUTAT MORTA”


 

El video documental que intenta esclarecer los hechos producidos en Barcelona el 4 de febrero del 2006 y que recientemente fue exhibido en una cadena de televisión catalana, refleja correctamente los fallos del sistema judicial que más que probablemente han condenado a personas inocentes en este caso. Fallos que no se producen por falta de medios ni tampoco de formación, sino sencillamente por un sentimiento de impunidad personal de los actores, juristas todos ellos, que en demasiadas ocasiones proceden con soberbia, desconsideración, ineptitud y absoluto desprecio por la verdad. La falta de medios suele ser una excusa más que una realidad. Es  significativo que los familiares del policía gravemente lesionado no quisieran intervenir, ni tampoco los políticos que actuaron en su día. Pero más aún se echa de menos que no aparezcan los abogados que actuaron en defensa de los inculpados en los momentos inmediatos a las detenciones. Estos letrados en el instante que debieron comunicar con los detenidos, sin dudas, debieron observar que habían sido maltratados o torturados, no solo por lo que sus defendidos pudieron manifestarle sino por las lesiones que presentaban en sus propias caras. El maltrato policial, si se produjo y parece que sí,  fue posterior a los hechos que motivaron el arresto de sus clientes; fueron hechos distinto, y lo suficientemente graves para formular la denuncia con lujo de detalles. En el documental de esto nada se dice. Si tales denuncias por parte de los abogados se produjeron, debieron tramitarse en otra causa y en el Juzgado que en ese momento estuviera de guardia en Incidentes. Si tales denuncias por parte de sus defensores no se interpusieron, estos abogados también deberían pechar con su responsabilidad por  negligencia. El abogado que aparece en el video muy probablemente no fue el que intervino en los primeros momentos, ello a juzgar por la procedencia social de los inculpados y su entorno, que dicen haber tenido que hacer colectas populares para pagar la defensa. Parecería que los primeros defensores fueron del Turno de Oficio. El Turno de Oficio del Colegio de Abogados como variante de la Justicia Gratuita en teoría viene a suplir las necesidades de defensa de las personas que no tienen medios para pagarla, pero en la mayoría de los casos –no todos- no va más allá de un complemento formal carente de la más mínima implicación humana, con la única finalidad que los procedimientos avancen a su inicio. El inicio de los procedimientos penales con presos, posiblemente es la fase más importante para el detenido; lo es por las consecuencias jurídicas  futuras que genera en el enjuiciamiento, y lo es también y fundamentalmente por el estado emocional de aturdimiento en que se encuentra el justiciable. Especialmente si el preso es inocente su mayor motivación la constituye el querer salir del calabozo, y para ello puede callar muchas cosas y decir otras que no necesariamente sean ciertas aunque  las estime idónea para que le dejen en libertad; máxime si lo han torturado. Esa primera entrevista con el abogado antes de declarar frente al juez, es sustancial, ha de ser a solas, con tiempo y exhaustiva, y en demasiadas ocasiones no se hacen por desidia del letrado o sencillamente porque éste considera que por la pinta que tiene su cliente seguramente es culpable.

 

Barcelona a 20 de enero del 2015.-

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