Oteando desde la distancia lo que
acontece en Uruguay, al parecer lo que está soliviantando los ánimos políticos,
se centra en saber si el Vicepresidente de la República, tiene título
universitario o no. Por lo que he leído Don Raúl Sendíc siempre
ha dicho que estaba licenciado en alguna especialidad médica en una Universidad
cubana, pero al parecer no aparecen los papeles que lo acrediten. Siempre he
pensado que cuando en Hispanoamérica se repudiaron los títulos nobiliarios de
la monarquía española, los que de nuevo rondaron el poder económico y de ahí accedieron
al poder político republicano, sustituyeron los títulos nobiliarios por los
títulos universitarios como seña honorífica diferenciadora frente a los de
abajo. Si no se es doctor, no se es nada. No recuerdo a nadie más que la
excepción de Don José Mujica, que haya llegado a las alturas del poder sin ser
doctor de algo. Si Sendíc cursó o no, estudios de genética, poco o nada útil le
habrá sido para gobernar ANCAP o para ser vicepresidente del gobierno, pero si
no lo tiene es infamante: ¿cómo pudo estar en ese puesto sin ser doctor?, qué
barbaridad!. Ahora bien, si no tiene tal titulación, ello dice poco a favor de Sendic, que para hacerse querer
por la clase política docta se ponga títulos si no los tiene. Y queda feísimo
si además se pretende ser de izquierda con veleidades de igualitarismo, ¿qué
pasa que ser hijo de cañero no es suficiente honor?. Podría ser que en Uruguay
la titulitis se haya usado para el
dominio del pobrerío, lo que poco tiene que ver con la cultura.
Barcelona a 7 de marzo del 2016.- RRCH.
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