La
técnica ya lo tiene resuelto, es posible que el óvulo de una mujer y el esperma
de un hombre introducidos en el útero de otra mujer, anide y desarrolle a un
ser humano que cuando la mujer que lo gestó lo alumbre será de los que proporcionaron óvulo y esperma. Salvo
contadas excepciones de mujeres que por puro altruismo se presten a gestar para
una hija, hermana u otra familiar
allegada, es evidente que la gestantes
paridoras serán mujeres pobres, y las personas que encarguen la obra serán lo
suficientemente más ricos para compensar a aquella.
Sí, sí, hay que regularlo legalmente para impedir que se convierta en un
negocio, y para ello seguro que introduciremos un montón de artículos en un
papel fruto de debates concienzudos que describan cuándo se ha de castigar al
infractor y la pena que se merece. Pero al menos que se sea tonto del culo,
cualquiera sabe que eso es imposible. Las mujeres pobres -que hay de sobra-
difícilmente lo harán por pura y exclusiva voluntad de repoblar el mundo y
olvidar su resultado. Algo pretenderán recibir, aunque solo sea por las dificultades
para gestionar sus urgencias que añadirá su situación de embarazo. Todos los
pobres suelen tener urgencias, y las ricas difícilmente pongan a engordar sus
cuerpos por amor al arte. Pero es que además los promotores, propietarios de la
idea, del óvulo y el esperma, y futuros progenitores legales del parido por la
otra, tampoco se quedan esperando nueve meses sin mandar. Ellos pretenden un
hijo perfecto, con los genes de ellos, con todos los cuidados prenatales y las
máximas condiciones en el parto. La mujer contenedor ha de cumplir todas las exigencias
de alimentación, evitar actividades de riesgo que pueda malograr al feto,
control médico exhaustivo, y sobretodo ir remitiendo certificados del buen
estado de la gestante y las ecografías
en 3D sobre el desarrollo del non nato. Si éste viniera mal los promotores
podrán decidir el aborto de la mujer contenedor, salvo que en el contrato esté
prevista la resolución o la devolución del encargo. Se tiene que ser muy
gilipollas o muy malvado para pensar que las leyes impidan que la mujer pobre en
disposición de ser contenedor humano con
destino a tercero, lo haga gratis, y que los promotores se contenten con que su
futuro vástago sea gestado pobremente. Si
estamos dispuestos a darles otro usos a las mujeres pobres hay que decirlo, en
definitiva es muy democrático respetar las opiniones de todos y muy poco
cagarse en ellas; y por supuesto todos tiene derecho a la maternidad ya sea por
cuenta propia o por cuenta ajena, y podría ser bueno para contener la
emigración en origen que aunque sea más despreciable que la esclavitud siempre
le podemos poner un nombre en inglés para que queda más stylish: subrogate childbeaning.
Barcelona a 8 de mayo 2017. RRCH
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