No sabemos si los actuales aspirantes
a ministros tendrán al menos vergüenza; pero sí que los actuales carecen de
ella. El de Interior -junto con el Presidente y su partido-, tiene el
desparpajo de importarle un bledo las elementales reglas democráticas. Para él
y para ellos la Fiscalía es su cortijo, y los cuerpos y fuerzas de seguridad
del estado sus peones de campo. El Sr. Fernández Días ha demostrado ser incapaz
de controlar su propia casa, y cuando le pillan conspirando contra sus
contrincantes políticos se hace la víctima. El juez designado por el Parlamento
catalán como controlador del fraude, no solo no lo controla sino que lo
propicia, mostrando una indecente sumisión en pro de sus intereses personales.
Y luego este individuo tiene la indecencia de decir que retornará a la carrera judicial,
con lo que incidirá aún más sobre la mermada credibilidad de la Administración
de Justicia. La grabación publicada no descubre nada que no supusiéramos, pero lo acredita, y nos transfiere la vergüenza
ajena; la que ellos no tienen. Dicen haberlo hecho por la patria que ellos
corrompen, y por la patria de los otros, estos otros tampoco van a explicar
cómo se enchufan a las cuñadas en puestos públicos y cómo y porqué crecen las subvenciones públicas de las
empresas de los hermanos. Unos sinvergüenzas
tratan de sacarles las vergüenzas a otros, y los unos y los otros se escudan en
el victimismo. Y la ciudadanía lo sufre al tiempo que recibe discursos
pueriles.
Barcelona a
23 de Junio del 2016. RRCH
No hay comentarios:
Publicar un comentario