Los
muchachos de Podemos se están entreteniendo en las tácticas para captar votos,
Iglesias entiende que han de darle miedo a la casta para atraer a los votantes
anti-casta, y Errejón cree que han de seducir a los ciudadanos para que la mayoría
les vote. En el fondo es la misma cosa dicha de otra manera, Iglesias cree que dándole
leña a los de la casta esto seducirá a los suyos y le votarán, y Errejón cree
que seduciendo a los suyos para que voten a Podemos los de la casta se cagarán de miedo.
Entretenido; pero de momento nada dicen sobre el contenido de lo que ha de
seducir a unos y el contenido de lo que ha de hacer cagar a otros. Y así
llegaremos a que no habrán ni seducidos ni cagados. De momento solo se están
entreteniendo en explicar el porqué de la división del PSOE, y si lo explican
mucho conseguirán la división propia, dado que posiblemente el problema del
PSOE de ayer es el mismo que el del
PODEMOS de mañana. Ellos quieren ser la nueva política y además quieren ser de
izquierdas, pero utilizan los mismos vicios que los políticos de la vieja
izquierda, un sinfín de discusiones tácticas muy prolijas que acaban generando grupitos
muy integrados de intelectuales de grupo. Al fin y al cabo lo que discuten es
sobre cuál de los dos grupos es más auténtico para merecer el medallón de
pedigrí. La idea de la casta de entrada
fue un acierto, pero si resulta que después de señalarla esa misma casta acaba
teniendo más votos que ellos, miedo miedo no parece que dé, menos aún desde una izquierda con más caciques que indios. Hoy
por hoy al parecer, el Sr. Iglesias pone más empeño en acabar con el PSOE que
en acabar con el PP, y no parece que dicha táctica al PP le cause preocupación,
aunque sí puede que, a los que en su momento votaron a PODEMOS el tacticismo le
produzca hastío. Históricamente los empeños en producir divisiones en la
izquierda siempre han llevado a la melancolía.
Barcelona
a 10 de Octubre del 2016. RRCH
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