Mientras
tanto los que clavaron los puñales se ponen a coser el agujereado cuerpo del
PSOE, y decidan entre ellos a cuál de
ellos van a sacrificar para que vaya a someterse al quieto de Rajoy, Pedro
Sánchez deberá acreditar si es valiente o no lo es. Los bellacos ganadores, más
temprano que tarde se habrán de pronunciar aunque sea en coro para que ninguno
destaque como solista, en el infame intento de socializar la ignominia. Susana
Díaz no llevará la voz cantante, ella tira la piedra y esconde la mano detrás de
jarrones chinos que descansan sobre peanas de mierda, o se parapeta ante sus
zafreros con estómagos agradecidos. Tarde o temprano tendrán que hacer unas
primarias, que será después de comprar la abstención al PP, o después de sufrir
unas terceras elecciones con candidato de paja si el PP pide mucho por la
venta. Y en ese momento, si Pedro Sánchez se presenta a las primarias casi
seguro que ganará, ahí demostrará en parte si es valiente o solo tuvo la pose. La
valentía no se agotará con presentarse, si lo hace y sale victorioso también deberá
limpiar al PSOE de jarrones chinos, zafreros y calienta sillas. Y lo más
importante: presentar una propuesta con cara y ojos de lo que se ha de hacer y
de lo que no se ha de hacer, porque el caudillismo tampoco es una solución.
Barcelona
a 3 de octubre del 2016.-
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