Hoy
han impedido en una Universidad que Felipe González y Juan Luis Cebrián dieran
una conferencia. Y salvo prueba en contra, parece que el hecho lo protagonizaron un grupo de
estudiantes; y es casi seguro que tal acto fascista lo reivindicarán desde la
izquierda revolucionaria. Lo peor es que esos chicos además se consideran de
izquierdas. Si fueran de izquierdas y tuvieran algún interés en aprender algo
mediante el cuestionamiento intelectual y generar un estado de opinión rupturista
y fundamentado, debieron hacer lo contrario: dejarles hablar todo lo que
tuvieran preparado para decir, y luego cerrar la puerta hasta que contestarán
la última pregunta sin irse por las ramas. Pero claro, para eso debieron
aprender a escuchar y tener alguna idea sobre qué preguntar y repreguntar.
Estos son los mismos que defienden a Unamuno frente a Millán-Astray, haciendo
lo que hacía el último; aunque igual no lo saben.
Barcelona
a 19 de octubre del 2016.- RRCH
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