miércoles, 22 de noviembre de 2017

SER ESPAÑOL ES UNA HISTORIA


Algunos de aquí y otros de fuera se preguntan qué es ser español, ahora que se ha promocionado el separatismo en Cataluña. La respuesta es muy simple. Ser español es ser ciudadano de un Estado con una organización constitucional, jurisdiccional, judicial y administrativa, que compete, otorga derechos y obliga, a los naturales o nacionalizados que habitan en la península Ibérica (exceptuando Portugal), Islas Baleares, Islas Canarias, Ceuta y Melilla; y disponen por serlo, de un documento nacional de identidad y un pasaporte que les identifica, atribuyéndoles derechos y obligaciones en el interior y en el exterior. Luego si les gusta o no ser españoles es otra cosa; seguramente hay muchas personas que no les gusta ser bajos o altos, rubios o morenos, gordos o flacos. Pero lo son. Además, hay una historia. Como también hay una historia en las personas bajas, altas, morenas, rubias, gordas y flacas. Es cierto que algunos españoles dicen no sentirse españoles, y como ellos no se sienten españoles desprecias a los que sí se sienten españoles o a los que no sienten nada por el mero hecho de vivir dónde viven. Tan triste como el que siendo bajito o alto no se siente bajito o alto y desprecia a los bajitos o a los altos. Es algo así como atribuirle a sus iguales el complejo de inferioridad propio, o hacer culpable al prójimo de lo que uno es o de cómo se siente. Existen ciudadanos en todas partes de España que les hubiera gustado ser ingleses, alemanes, franceses o belgas; y ello puede que obedezca a que actualmente siente más admiración por esos países que por el propio. A veces eso sucede por ignorar las miserias que los admirados ocultan o las virtudes que los propios han olvidado. Un español “arrepentido” de serlo, cuando quiere castigarse echa mano de los supuestos crímenes contra la humanidad en la conquista de América, la Inquisición y el franquismo, y enfrentan tales acontecimientos con criterios humanitarios actuales, pero no lo compara con las actuaciones  del imperio británico en África, el tráfico de esclavos, las masacres religiosas en Francia con los hugonotes, el nazismo en Alemania o la reducción a la mitad que de los congoleños hizo Bélgica y su rey Leopoldo II. Ni comparan la suerte de los indígenas hispanoamericano, con los de la América anglófona. Seguramente España debe promocionar el conocimiento de sus ciudadanos, de la historia propia y europea comparada, al menos desde el siglo XVl al XX.

Y, ¿qué es ser catalán?; exceptuando lo evidente: ciudadano español residente en la Comunidad Autónoma de Cataluña. ¿eh?

Barcelona a 22 de noviembre del 2017. RRCh.

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