Algunos de aquí y otros de
fuera se preguntan qué es ser español, ahora que se ha promocionado el
separatismo en Cataluña. La respuesta es muy simple. Ser español es ser
ciudadano de un Estado con una organización constitucional, jurisdiccional,
judicial y administrativa, que compete, otorga derechos y obliga, a los
naturales o nacionalizados que habitan en la península Ibérica (exceptuando
Portugal), Islas Baleares, Islas Canarias, Ceuta y Melilla; y disponen por serlo,
de un documento nacional de identidad y un pasaporte que les identifica,
atribuyéndoles derechos y obligaciones en el interior y en el exterior. Luego
si les gusta o no ser españoles es otra cosa; seguramente hay muchas personas
que no les gusta ser bajos o altos, rubios o morenos, gordos o flacos. Pero lo
son. Además, hay una historia. Como también hay una historia en las personas
bajas, altas, morenas, rubias, gordas y flacas. Es cierto que algunos españoles
dicen no sentirse españoles, y como ellos no se sienten españoles desprecias a
los que sí se sienten españoles o a los que no sienten nada por el mero hecho
de vivir dónde viven. Tan triste como el que siendo bajito o alto no se siente
bajito o alto y desprecia a los bajitos o a los altos. Es algo así como
atribuirle a sus iguales el complejo de inferioridad propio, o hacer culpable
al prójimo de lo que uno es o de cómo se siente. Existen ciudadanos en todas
partes de España que les hubiera gustado ser ingleses, alemanes, franceses o
belgas; y ello puede que obedezca a que actualmente siente más admiración por
esos países que por el propio. A veces eso sucede por ignorar las miserias que
los admirados ocultan o las virtudes que los propios han olvidado. Un español
“arrepentido” de serlo, cuando quiere castigarse echa mano de los supuestos
crímenes contra la humanidad en la conquista de América, la Inquisición y el
franquismo, y enfrentan tales acontecimientos con criterios humanitarios
actuales, pero no lo compara con las actuaciones del imperio británico en África, el tráfico de
esclavos, las masacres religiosas en Francia con los hugonotes, el nazismo en
Alemania o la reducción a la mitad que de los congoleños hizo Bélgica y su rey
Leopoldo II. Ni comparan la suerte de los indígenas hispanoamericano, con los
de la América anglófona. Seguramente España debe promocionar el conocimiento de
sus ciudadanos, de la historia propia y europea comparada, al menos desde el siglo
XVl al XX.
Y, ¿qué es ser catalán?;
exceptuando lo evidente: ciudadano español residente en la Comunidad Autónoma
de Cataluña. ¿eh?
Barcelona a 22 de noviembre
del 2017. RRCh.
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