Es probable que, además de
modificar a Constitución o sustituirla por otra mejor, debamos modificar el
Código Penal, e introducir el delito de idiotez. Con ello podíamos solventar
problemas que aparentemente ahora no tienen solución ni castigo. El término
idiota, según he visto por ahí, tuvo su primera acepción en la Grecia clásica,
y venía a definir a la persona egoísta que no se ocupaba de los asuntos
públicos. Si partimos de tal definición podríamos instaurar un tipo penal que
dijera más o menos lo siguiente: El que siendo persona física o jurídica y
haya asumido la gestión de cualquier asunto público, sea por elección,
concurso, nombramiento o mediante la
superación de oposiciones, que teniendo potestades, mando o responsabilidad
sobre la cosa pública y por su distracción, ineptitud, descuido, falta de
interés o ignorancia no se entere que en su entorno se producen actos, acciones
o dejaciones que genere un perjuicio
para el bien público. Será castigado con la inhabilitación por tiempo de quince a
veinticinco años para ejercer cualquier actividad que directa o indirectamente
se relacionen con las funciones públicas, y a reponer con su peculio particular
el prejuicio económico causado. Con este delito así redactado o
mejorado, se podría castigar a los que resultan impunes por no enterarse que en
el partido político que dirigen su tesorero amasa fortunas en Suiza, la sede
del propio partido se reforma de lujo sin saber de dónde salió el dinero para
financiarlo, se hacen mítines en campañas electorales gratis sin conocer quién
hace los regalos y con qué finalidad. Serviría para hacer pagar a los jefes de
partidos que ignoran que un montón de millones de euros se destina a expedientes
de regulación de empleos dónde perciben indemnizaciones y subsidios personas
que no eran empleados. Serviría para nacionalizar el tres por ciento que llegan
a las arcas del partido sin saber de qué porcentajes salen, quién lo pone y
para qué. Compensaría a la gente de las distracciones de infantas que firman sin
leer, pero gracias a ello, ella, su marido y su entorno se dan la vida padre. Daría
solución a los separatistas que en su afán de dividir a la gente porque se
creen mayoría y segregadas vivirían como dios, y luego descubren que ni eran mayoría
ni todo el campo era orégano, y en el empeño empobrecieron el terruño
expulsando empresas generadoras de riquezas, enemistaron a la gente entre sí, y
se gastaron una millonada en el proceso. En definitiva, serviría para separar a
los idiotas.
Barcelona a 27 de noviembre
del 2017.- RRCh
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