Todos los medios de comunicación son
empresas, y por tanto tiene los mismos objetivos que cualquier entidad
mercantil, uno instrumental, consistente en hacer atractivo su producto para
que sea comprado por el consumidor, y el final, centrado en la consecución de
beneficios económicos. Cuando los medios de comunicación son públicos sus
objetivos siguen siendo los mismos; si quieren competir con los medios privados
tienen que hacer atractivo su producto, sin perder de vista que el resultado de
la venta revierta en beneficio del partido político que domina la cosa pública,
hasta hoy compuesto por la clase
dirigente que integra a los grandes empresarios, Pablo Iglesias supo explotar
muy bien la finalidad instrumental de los medios de comunicación, consiguiendo
que éstos le utilizaran para diversificar el espectáculo del producto puesto a
la venta, que no era precisamente sus ideas, y menos las de Podemos. El
concepto de la casta le resultó
atractivo a la propia Casta, modernizó su lenguaje adicionando palabras
supuestamente nuevas, como “postureo” y otra vainas de distracción, y lejos de
causarles daño les benefició en su adaptación camaleónica. Es cierto que la
manipulación de las informaciones en contra de Podemos es un hecho; ¿pero es
que alguien esperaba que fuera de otra manera? Cuando salen los papeles de
Panamá, el diario El País publicó que aparecían en ellos personas cercanas a
Chávez, y es evidente que éste, Maduro y Venezuela se va a identificar con
Podemos, para eso se hace, máxime cuando desde el criticado no surge ninguna
reacción crítica ante la deriva del gobierno venezolano. Y es lógico que cuando
aparece publicado que la ex esposa de José Luis Cebrián estando aun felizmente casada con él, tenía cuentas por ahí, distanciadas del erario
español, Cebrián, yendo en contra de
todo lo que ha dicho cuándo lo que decía era atractivo para vender, ahora eche
fuera a los periodistas que abrieron la
boca sin permiso e impide que cualquier
persona del Grupo Prisa tenga contacto profesional con los difusores de sus
vergüenzas, Es lógico que ninguneé a los
medios privados económicamente más débiles, y les ponga querellas. Bueno, pero
el hombre vuelve a su entorno, a los suyos, ¿dónde sino? La única manera que el
consumidor de información no sea arrastrado como enganchado de un ojo a
donde los proveedores de la información
quieren situarle, es que tenga capacidad crítica, y para dotarse de tal
instrumento se requiere el mínimo de formación que la llamada casta, siempre,
como es natural, impedirá. La desinformación, o la saturación informativa
dirigida a impedir su digestión por el receptor, es la principal basa para el
control de la opinión y del voto. Si la
casta no hubiera conseguido, como consiguió, que Pablo Iglesias exteriorizara
todos sus sentimientos mesiánicos, su personalismo excluyente, su porte de niño
empollón repelente y consecuentemente ingenuo, podía haber conseguido en su
entorno un movimiento social crítico con el que desarrollar una dinámica verdaderamente alternativa a la casta. Pero
esto no se logra en un año, hay que invertir tiempo. La pretensión de vencer a
la casta a corto plazo y mediante el espectáculo, además de ser una temeridad
propia de mercachifles, fue un fraude a la buena fe de mucha gente. No se puede
pasar en un santiamén de no querer unirse con Izquierda Unida para no romper la
transversalidad de “ni de izquierda ni de
derecha, sino los de abajo contra los de arriba” para luego sumar votos
teóricos a la desesperada y decir que ahora sí; no se puede sacar lo de la cal viva y la
mala herencia de Felipe González y ahora decir que hemos de ser menos agresivos
y contar con el PSOE; no se puede poner como condición fundamental referéndum
de autodeterminación para la independencia y luego decir que hay que integrar.
Posiblemente si lo de integrar se hubiera puesto primero lo del referéndum no
hubiera sido una opción. Lo más desgraciado es que Rajoy como peón práctico de
la casta, sin hacer nada más que observar cómo Iglesias se hacía el machito
frente a Sánchez y Rivera, tenga ahora
iguales o mejores perspectivas de votos para las próximas elecciones,
que las que tuvo el pasado 20 de diciembre. Pero bueno, ahora podemos empezar
nuevamente con el derecho a decidir sobre si unos se independizan de otros o
no, sobre quién será el vicepresidente del gobierno, en qué parte del hemiciclo
se sientan, si llevan bebés o no, si usan rastras o no, si se arremangan las
camisas o no, si se ponen corbata o no, si declaran los impuestos como personas
físicas o ahorran interponiendo a tiempo una sociedad mercantil, si se le
elogia el abrigo de piel a una periodista ante una pregunta incómoda, o si,
cómo, con quién y hasta cuándo se hacen grupos parlamentarios para optimizar
subvenciones. Mientras a la casta se le pretenda trascender con espectáculos
efectistas, ellos se cagarán de risa y le haremos más fuertes. Cuando además de
las ocurrencias cortoplacistas se aporten propuestas de cómo y de qué manera
evitar la exportación de dinero público a países que disponen de una cultura fiscal diferente; cuándo se
dignen en valorar formas legales y eficaces para evita la corrupción,
incluyendo la propia; cuando se proponga públicamente y de forma entendible qué
reformas constituciones se pretende y con qué fuerzas parlamentarias se cuenta
para ello; cuando se proponga una distribución de la riqueza en paralelo con la
distribución del esfuerzo sin sopa boba populista; cuando se expresen ideas de
cómo integrar distintas culturas valorando lo que nos une y no tanto lo que nos
separa; cuando las ideas sean valoradas por lo que son y no por quien las publicita, entonces puede
ser que podamos.
Barcelona
a 3 de mayo del 2016. RRCH
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