jueves, 22 de septiembre de 2016

Necesitados frente a carenciados.-


En Hispanoamérica, Uruguay por ejemplo, a los que están jodidos o muy jodidos no le llaman necesitados, sino carenciados. Y después de darle vueltas al mate he comprendido que ambos conceptos son diametralmente distintos, y es un acierto su diferenciación. Son carenciados los que carecen de ingresos mínimos y constantes que les permita comer, tener un techo sin goteras con un sitio donde cagar, mear y asearse, camas y colchones donde dormir, cacharos y fuego para hacer la comida, tener agua corriente y electricidad, tener un par de mudas de ropa para cambiarse y poder enviar a los hijos a la escuela al menos hasta que le salgan pelos en las entrepiernas. Y poco más. Los necesitados ya es otra cosa, son los que necesitan irse de vacaciones al menos una vez al año y si es posible al extranjero, tener un coche o moto  para cada miembro de la familia, tener una habitación amueblada para cada hijo con ordenador, tener refrigeración y calefacción, y tener una cuenta corriente con ahorros por si acaso. Pero luego están los muy necesitados y las muy necesitadas, que para estar a bien consigo mismo necesitan mucho más: tener un yate, tener un helicóptero y si es posible que pueda aterrizar en el yate, tener un montón de coches y por lo menos un Ferrari, tener él una amante para variar y ella otro para ella, ir él al gimnasio para modelar el cuerpo y ella también, tener empleados domésticos para cada necesidad, tener seguridad, tener una clínica de cirugía estética de confianza para las reparaciones y remodelaciones del “body” –tener más palabras en inglés para trufar el castellano haciéndolo más “culto”-; y lo principal: tener un montón de carenciados para que atiendan a sus necesidades; y les quieran.

Barcelona a 22 de septiembre del 2016.- RRCH

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