Cabría
pensar en la posibilidad de un presidente de gobierno independiente de los
partidos, por ejemplo Iñaki Gabilondo, José Antonio Zarzalejos, Miguel Herrero
y Rodriguez de Miñon, u otros. Aunque confieso que mi favorito sería, Jesús
Eguiguren por su honestidad y valentía en conseguir con la palabra -y asumiendo
el riesgo inminente de que fuera asesinado-, el cese de los sanguinarios
crímenes etarras, labor que se le pagó
con el arrinconamiento y la invisibilidad, pero bueno…
No he
oído a nadie con peso mediático que proponga y defienda tal cosa, para intentar
motivar desde fueran a los líderes políticos para que levanten su cabeza y
dejen de mirarse el ombligo. Con un presidente independiente fuera de los partidos políticos podían acordarse algunas
cosas como por ejemplo:
1.-
Introducir en el Código Penal el delito de enriquecimiento ilícito, de forma
que fuera delito tener más gastos y patrimonio que los matemáticamente
posibilitados por los ingreso declarados por el presunto delincuente.
2.-
Introducir en la Ley del Jurado los delitos relacionados con la corrupción (que
curiosamente están fuera) como la malversación de caudales públicos, la información
privilegiada, el blanqueo de capitales, la evasión de capitales a los paraísos
fiscales, la financiación ilegal de los partidos políticos, y muy especialmente
la prevaricación de jueces, magistrados y demás funcionarios públicos.
3.-
Prohibir que cualquier funcionario público (incluyendo jueces, fiscales y altos
cargo de la administración) puedan
participar en cualquier actividad privada (incluyendo dar conferencias) y eliminar
las excedencias para participar en actividades privadas y luego volver a la
función pública.
4.
Proponer una modificación de la Constitución posibilitando la existencia de un
Estado Federal (o con otro nombre) que determine la lista de los territorios, ya
se denominen Comunidades, Países o Estados federados; posibilitando que éstos
se puedan independizar siempre que la mitad más uno de sus habitantes
inscritos en el censo electoral con derecho a voto así lo decidan, en referéndum acordado mediante
el voto secreto de la mitad más uno de
los parlamentos autonómicos, de países o de los estados federados y puedan
repetir tal posibilidad decisoria en períodos no inferiores a 15 o 20 años. Que se establezcan las competencias concretas
del Estado de la Unión, como por ejemplo la defensa, la sanidad, la educación,
la administración de justicia, la policía y los impuestos concretos que pueda recaudar,
de forma que todo lo demás sea competencia de las comunidades, países o estados
federados. Posibilitando también que el Estado de la Unión pueda transformarse
en República siempre que la mitad más uno de sus habitantes de la
unión inscritos en el censo electoral con derecho a voto así lo decidan, en referéndum acordado
mediante el voto secreto de la mitad más uno de los parlamentarios del Estado
de la Unión.
Es evidente
que tales propuestas no saldrían adelante por el voto en contra del Partido
Popular entre otros, pero dicho debate aunque se frustre posibilitaría que la
población española pudiera pronunciarse sobre cuestiones concretas en las
siguientes elecciones, o las siguientes de las siguientes. ¿No?
Barcelona
a 15 de septiembre del 2016. RRCH
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