jueves, 15 de septiembre de 2016

Un presidente independiente de los partidos.


Cabría pensar en la posibilidad de un presidente de gobierno independiente de los partidos, por ejemplo Iñaki Gabilondo, José Antonio Zarzalejos, Miguel Herrero y Rodriguez de Miñon, u otros. Aunque confieso que mi favorito sería, Jesús Eguiguren por su honestidad y valentía en conseguir con la palabra -y asumiendo el riesgo inminente de que fuera asesinado-, el cese de los sanguinarios crímenes  etarras, labor que se le pagó con el arrinconamiento y la invisibilidad, pero bueno…

No he oído a nadie con peso mediático que proponga y defienda tal cosa, para intentar motivar desde fueran a los líderes políticos para que levanten su cabeza y dejen de mirarse el ombligo. Con un presidente independiente fuera  de los partidos políticos podían acordarse algunas cosas como por ejemplo:

1.- Introducir en el Código Penal el delito de enriquecimiento ilícito, de forma que fuera delito tener más gastos y patrimonio que los matemáticamente posibilitados por los ingreso declarados por el presunto delincuente.

2.- Introducir en la Ley del Jurado los delitos relacionados con la corrupción (que curiosamente están fuera) como la malversación de caudales públicos, la información privilegiada, el blanqueo de capitales, la evasión de capitales a los paraísos fiscales, la financiación ilegal de los partidos políticos, y muy especialmente la prevaricación de jueces, magistrados y demás funcionarios públicos.

3.- Prohibir que cualquier funcionario público (incluyendo jueces, fiscales y altos cargo de la administración)  puedan participar en cualquier actividad privada (incluyendo dar conferencias) y eliminar las excedencias para participar en actividades privadas y luego volver a la función pública.

4. Proponer una modificación de la Constitución posibilitando la existencia de un Estado Federal (o con otro nombre) que determine la lista de los territorios, ya se denominen Comunidades, Países o Estados federados; posibilitando que éstos se puedan independizar siempre que la mitad más uno de sus habitantes inscritos en el censo electoral con derecho a voto  así lo decidan, en referéndum acordado mediante el voto secreto de  la mitad más uno de los parlamentos autonómicos, de países o de los estados federados y puedan repetir tal posibilidad decisoria en períodos no inferiores a 15 o 20 años.  Que se establezcan las competencias concretas del Estado de la Unión, como por ejemplo la defensa, la sanidad, la educación, la administración de justicia, la policía  y los impuestos concretos que pueda recaudar, de forma que todo lo demás sea competencia de las comunidades, países o estados federados. Posibilitando también que el Estado de la Unión pueda transformarse en República siempre que la mitad más uno de sus habitantes de la unión inscritos en el censo electoral con derecho a voto  así lo decidan, en referéndum acordado mediante el voto secreto de la mitad más uno de los parlamentarios del Estado de la Unión.

 Es evidente que tales propuestas no saldrían adelante por el voto en contra del Partido Popular entre otros, pero dicho debate aunque se frustre posibilitaría que la población española pudiera pronunciarse sobre cuestiones concretas en las siguientes elecciones, o las siguientes de las siguientes. ¿No?

Barcelona a 15 de septiembre del 2016. RRCH

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