viernes, 27 de octubre de 2017

DESTINO: MELANCOLÍA


Si algo claro se puede extraer de la actitud intermitente (ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora no…) del Sr. Puigdemont, es, por un lado, saber que el pobre hombre es rehén de las fuerzas contrapuestas que le designaron como presidente de la Comunidad Autónoma de Cataluña. Haga lo que haga, al menos para un grupo de los que le sostienen siempre será un traidor y ya se lo han gritado. Por otro lado, quien ha querido verlo ha podido conocer que el fondo en el que se debía sostener la viabilidad económica de la independencia siempre fue falso. Falso que la Unión Europea recibiría a una Cataluña independiente; falso, que los países europeos reconocerían a una Cataluña independiente. Falso, que las entidades bancarias se pelearían por estar en Cataluña: se han ido con el mero anuncio de declarar la independencia. La falsedad del fondo se sostuvo apostando por la mitad de la mitad de la verdad, es decir, pudiendo ser medio cierto que el gasto de Cataluña por estar en España era excesivo, era radicalmente falso que los ingresos de Cataluña fueran los mismo siendo independiente que siendo parte de España, tan falso como que se han ido más de un millar y medio de empresas a territorio español más garantista de sus derechos y con sus finalidades económicas. Si ahora se hicieran las mismas cuentas que se hicieron para iniciar el proceso independentista, los números de las sumas y las restas serían otros muy distintos, tan distintos que, con los de ahora podría resultar que quién pagara más de lo que recibe de Cataluña fuera España. Y en el improbable supuesto que los catalanes independentistas estuvieran todos dispuestos a ser mucho más pobres a cambio de ser independiente, también, quien haya querido ha podido ver, que las fuerzas políticas que se han unido para instar la independencia, una vez ésta fuera conseguida se sacarían los ojos entre sí, dado que es imposible que la burguesía independentistas haga migas con una izquierda radical nacionalista que en coherencia consigo mismo pretende separa a esa Catalunya de la Unión Europea  y consecuentemente quitarle el poder económico a la burguesía. De ahí, que la parada próxima será la melancolía con 155 o con otra cosa.

Barcelona a 27 de Octubre del 2017. RRCH

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