El gobierno de Rajoy se
compone de patos, cada paso una cagada. Ni queriendo y haciendo ejercicios se
puede empeorar cada día más, aunque lo consiguen. Rajoy y su corte de adulones junto
con los protestones que supuestamente debían hacerle la oposición planteando alternativa
con cara y ojos, se han parapetado detrás del Rey, los jueces y la Unión
Europea. Unos y otros, a favor y en contra, se declaran mutuamente idiotas e
incapaces, pero mantienen sus culos pegados a sus poltronas de dónde sacan sus infames
subsistencias. La gente va haciendo procesiones espontáneas reafirmando sus
creencias sin vírgenes ni cristos crucificados. Un Estado de Derecho, como
todos estos líderes huecos, sin ton ni son, van proclamando en su idiotez, se
fundamenta en una Constitución que si algún día se la han leído se les olvidó
porque a todos parece molestarles. El artículo 155 de esa ley de leyes -que en
su día otras personas valientes sacrificando parte de sus convicciones que
antes defendieran con sus propias vidas, consiguieron hacer de esta España un
país respetable, y a veces envidiable-, dice: “1.- Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la
Constitución u otras leyes le impongan, o actuaren de forma que atenten
gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al
Presidente de la Comunidad Autónoma y,
en el caso de no ser atendido, con la aprobación de la mayoría absoluta del
Senado podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al
cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado
interés general. 2.- Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado
anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las
Comunidades Autónomas”. Cataluña es una Comunidad Autónoma, y el presidente
de ella, convertido en reyezuelo salvador, hace un mes que convocó un referéndum
ilegal y así de ilegal lo declaró el Tribunal Constitucional, y Rajoy -que
debería ser el gobierno- no ha requerido al Sr. Puigdemont -presidente de
Comunidad Autónoma de Cataluña-, para que pare. Pero, Rajoy ayer consiguió que
el Rey hiciera algo parecido, que no lo fue, porque tampoco lo dijo, ni tiene
competencias para hacerlo. Pero de paso consiguió el Lerdo presidente del
Gobierno de España que el Rey quedara como defensor de su flojera, y que los
demás líderes idiotas, en su empeño de gastar saliva, criticaran al Rey. El
artículo 155 de la Constitución habla de medidas, pero no dice cuáles son.
Pablo Iglesias se opone a la aplicación del 155 de la Constitución, aunque
nadie haya hablado de alguna medida, él se opone a todas y no se le ocurre nada;
bueno sí, hacer otra moción de censura para perderla, después que él y los
idiotas que le siguen hicieron presidente a Rajoy; ah! , y un referéndum pactado,
aunque no dice cómo se le ocurre pasarse por la entrepierna el Art. 2 de la
Constitución. Pedro Sánchez no sabe qué decir, pero nos habla de una reforma de
la Constitución, sin decir qué quiere reformar y con qué redactado; eso sí,
quiere una España Federal, pero no dice en qué se diferenciará de la que hay, y
en cómo solucionará lo que ahora nos pasa: de momento nos entretendrá
preguntando en el Parlamento a Soraya cómo Trapero le hizo la cama, la otra le
dirá que no se enteró. Albert Rivera quiere aplicar el Art. 155, pero solo para
convocar elecciones en Catalunya, y parece bobo, no se ha dado cuenta el
muchacho que la independencia aquí cada vez tiene más creyentes, y que con
elecciones estaríamos en el mismo sitio, aunque peor. Puigdemont y Junqueras se
parten de la risa viendo a los idiotas, pero van apretando el esfínter al ver
que habiendo echado a la gente a las calles luego tendrán que recogerla sin
saber cómo, ya que puede ser que se les vayan de las manos; y ¡cuidado!, La
Caixa y el Banco de Sabadell ya comienzan a sentirse incómodos y miran a Madrid
como querencia, y a la CUP todo lo importa un comino; nada tiene que perder
porque nada tiene que conservar. Pero bueno, no pasa nada, todo se arregla con
diálogo, aunque ninguno de estos idiotas, ponen sobre de la mesa un mínimo orden
del día sobre el qué dialogar. Cualquier diálogo se debería empezar sobre el acuerdo
de reformar la Constitución, y decir qué se pretende reformar, con qué
redactado y hacia qué objetivo se dirigen. No parece que la solución se pueda
encontrar sin un referéndum en el que voten todos los ciudadanos catalanes, y
si éstos, con el apoyo de la mitad del censo electoral más una persona, deciden
la independencia, habrá independencia. No parece razonable ni defendible que
una gente tenga que permanecer dentro de un Estado si a él no quieren
pertenecer. Y los que quieren que los catalanes continúen dentro de España,
tendrán que esforzarse en convencerles, fácil no es, pero atarlos a todos no
será más sencillo. La humilde propuesta de un español trasplantado es modificar
el Art. 2 de la Constitución, conseguir las mayorías necesarias para hacerlo no
es tarea sencilla; pero ¿fue sencillo conseguir que se hicieran el arakiri los
Procuradores en Cortes del franquismo para posibilitar la Ley de Reforma
Política y luego la Constitución actual? ¿Fue sencillo para Adolfo Suarez
legalizar el Partido Comunistas? ¿Fue sencillo para Santiago Carrillo y la
Pasionaria aceptar la monarquía y renunciar a la República? ¿Fue sencillo
domesticar al Ejército? ¿Fue sencillo entrar en la Unión Europea?
El Artículo 2 de la Constitución, literalmente dice: “La Constitución se fundamenta en la
indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos
los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades
y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”, ¿cómo se puede reformar éste precepto?: añadiendo un párrafo que diga; “
De forma extraordinaria, cualquier nacionalidad o región con Parlamento
autonómico y con el voto favorable de dos tercios de sus miembros, podrá convocar
un referéndum de independencia del Estado español. Éste se ha de celebrar y ser
votado en un plazo no inferior a dos meses ni superior a seis, y refrendado por
la mayoría del censo electoral de dicho territorio más el voto afirmativo de
una persona más queda aprobada la independencia. En caso, que la independencia
no sea respaldada por la indicada mayoría, dicha nacionalidad o región no podrá
hacer otra convocatoria por la independencia hasta pasados los próximos veinte
años.”
Dos tercios del Parlamento catalán son requeridos para reformar
el Estatuto de Catalunya; aunque se puede proponer mayorías más ajustadas si lo
que se pretende es crear un país solo con la mitad de sus representes políticos.
La mayoría del censo y no solo de los que vayan a votar parecer razonable, en
la medida que hacer un nuevo país requiere al menos el apoyo activo de la mitad
más una de las personas que tienen derecho al voto, aunque se puede proponer
otras mayorías o el voto obligatorio. Si tan claro lo tienen los nacionalistas,
es de suponer que no plantearán objeción a que se vote así, con una previa
campaña electoral en la que se expongan los pros y los contras a las
consecuencias de la independencia, y con todas las garantías democráticas que
ello implica. El resto de España no parece tampoco que hallen razones de
oposición; no parece razonable obligar a la mitad más uno de los habitantes de
un territorio a pasar por dónde no quieren, si es que no quieren.
Barcelona a 4 de octubre el 2017. RRCH
Creo que el problema de los políticos en España, Uruguay o cualquier lugar es que viven en un submundo propio. Comparten las horas de trabajo entre ellos, comen entre ellos, se visitan entre ellos... Crean su propia realidad, se desconectan del resto del mundo, al punto que comparten creencias y con vencimientos, empobreciemdo su capacidad de respuesta y creatividad para proponer soluciones. Se olvidan de la empatia, de la necesidad de ver las cosas desde el punto de vista del otro
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